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Empresas eficientes y sostenibles

Empresas eficientes y sostenibles

 

Columna de opinión realizada por Juan Pablo Dabdoub, director comercial de Energía y Recursos de Sodexo On Site Services Perú.

 

Durante la pandemia producida por la COVID-19, pude notar cómo los empresarios se esforzaron en hacer más eficientes sus negocios, enfocándose en el ahorro de costos como una de las medidas para ser más competitivos, no perder clientes, ganar mercado o mejorar los márgenes de beneficio de los accionistas. Para ello, muchos apostaron por la innovación y el uso de tecnologías para optimizar procesos o implementar herramientas de inteligencia artificial a fin de mejorar la experiencia de los usuarios o consumidores.

 

Además, con las eficiencias implementadas buscaban un crecimiento sostenible. Para lograrlo, muchas industrias pusieron en el centro de todo al negocio, buscando tener volúmenes de venta “sostenibles”, generando “eficiencias” para sostener o mejorar sus márgenes de ganancia. Es decir, el sector empresarial busca el equilibrio económico, pero sin perder de vista el respeto con la sociedad y el medio ambiente.

 

En este contexto, me preguntaba ¿qué pasaría si ponemos a las personas en el centro, para lograr que este crecimiento sea sostenible? y, si la respuesta fuese afirmativa ¿cómo lo podríamos lograr?

 

En una conversación que sostuve con otro líder empresarial, le comenté sobre lo que yo consideraba el principal reto en ese momento: cómo implementar las distintas tecnologías, manteniéndonos rentables o, por lo menos, sin generar pérdidas. La respuesta que obtuve fue: “el reto no solo está en buscar eficiencias, si no en cómo, a partir de estas eficiencias encontradas, no se reducen los puestos de trabajo”. Esto significa pensar en las personas.

 

Entonces, abordar el crecimiento sostenible de las empresas dependerá de la perspectiva que tengan los líderes. Para lograr este objetivo, considero que debemos: 1) identificar los actores de interés (proveedores, clientes, colaboradores, sociedad); 2) definir nuestro compromiso con estos agentes; 3) invertir en las herramientas que nos permitan mantenernos competitivos (innovación y tecnología) y; 4) ser fieles a nuestro propósito.

 

Por ello, identificamos a nuestros stakeholders y asumimos compromisos con ellos como empleadores, proveedores de servicios y ciudadanos corporativos. En esos mismos términos, nos esforzamos para responder a las necesidades de estos actores, mediante innovaciones en línea con nuestro propósito de crear uno mejor, día a día, y para construir una mejor vida para todos.

 

Hoy en día, las empresas hablamos de inversiones socialmente responsables, en base a los criterios de medio ambiente, sociedad y gobernanza corporativa (ESG, por sus siglas en inglés), para contribuir de manera positiva con el entorno, y así, convertirnos en un ejemplo para el resto de los actores de la sociedad.

 

Sabemos que todo negocio tiene que ser eficiente para poder competir, pero a la vez reconocemos que, si combinamos la eficiencia con la sostenibilidad y enfocamos nuestro trabajo en las personas, los buenos resultados económicos pasarán a ser solo una consecuencia de nuestro buen comportamiento.

 

Debemos seguir innovando y sumar la tecnología en nuestros procesos, incluyendo la popular transformación digital. Si no lo hacemos, caeremos en una involución y quedaremos fuera de juego. Asimismo, en este esfuerzo por lograr ser más eficientes, no perdamos el respeto por el medio ambiente y nuestro enfoque en el bienestar de las personas. Apostemos por ser empresas responsables, eficientes y sostenibles, en serio.